Unas doscientas familias de cristianos desplazados que huyeron de Mosul y de la Llanura del Nínive (Irak) desde hace 6 años a causa de la violencia del Estado Islámico (ISIS), están próximos a retornar a sus hogares.
El 11 de noviembre, la agencia vaticana Fides informó que el gobernador de la provincia de Nínive, Najim al Jubouri, confirmó que unas noventa familias cristianas ya están regresando a Mosul, en el norte de Irak, y están recuperando la posesión de sus hogares tanto en el centro como al este de la antigua ciudad. Las otras familias, unas cien aproximadamente, lo harían en las próximas semanas.
Las familias desplazadas que retornan podrán ocupar sus hogares nuevamente después de que se restauren las condiciones de seguridad adecuadas en las viviendas y los servicios urbanos necesarios.
Entre junio y agosto de 2014, cientos de miles de cristianos se vieron obligados a huir de Mosul y gran parte de la provincia de Nínive cuando el territorio fue conquistado por las milicias yihadistas del autoproclamado Estado Islámico (ISIS).
Durante ese tiempo, el régimen yihadista sometió a los habitantes de ambos territorios bajo la estricta ley de la sharia, que incluía conversiones y matrimonios forzados, ejecuciones en masa, tráfico de personas y ventas de mujeres como esclavas sexuales. Durante ese periodo los terroristas musulmanes también bombardearon iglesias y asesinaron a sacerdotes.
Según señaló ACN en 2019, "en 2014 quedaban en la ciudad [Mosul] unos 15.000 creyentes de diferentes Iglesias: caldeos, siro-ortodoxos, siro-católicos y algunas familias armenias". Explicó que el bajo número de habitantes también fue causado por la huida de muchas personas en 2008, tras el asesinato del entonces Arzobispo de Mosul, Mons. Paul Faraj Rahho, y del P. Ragheed, hecho que devino en el cierre de muchas iglesias caldeas.