VATICANO,
"Holodomor", en ucraniano, significa "muerte por hambre". Con ese término la historiografía se refiere al genocidio perpetrado por Stalin contra la población ucraniana para, mediante un proceso de limpieza étnica, afianzar el control soviético sobre Ucrania.
Ucrania, un territorio que entonces era conocido como "el granero de Europa", se vio de un día a otro sumido en una carestía de alimentos sin precedentes. La forma de hacer fue por medio de la incautación de tierras de cultivo a los campesinos ucranianos y su nacionalización.
De esa manera, las autoridades soviéticas dejaron morir de hambre a millones de ucranianos, uno de los más crueles exterminios en masa que jamás se hayan producido.
Ese hecho quedó grabado desde entonces en el subconsciente del pueblo ucraniano y ahora, como consecuencia de la larga guerra en la zona oriental de Ucrania, ha vuelto como un miedo latente.
La población del este de Ucrania está agotada tras años de conflicto, una guerra que el Papa Francisco ha definido como "guerra híbrida", y que ahora amenaza bajo la forma del hambre a los ciudadanos locales.
Por eso, además de las muchas iniciativas de solidaridad, como la Colecta Especial del Papa por Ucrania, la Iglesia Greco Católica Ucraniana ha lanzado el evento "Da de comer al hambriento" que se desarrollará en todo el mundo en todas las diócesis greco-católicas por medio de sus parroquias. El objetivo: evitar un nuevo "Holodomor".