LA HABANA,
En un informe dirigido a la delegación de la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones, un grupo de prisioneros de conciencia condenados a 20 años de prisión en la penitenciaría Kilo 7, denunciaron las graves violaciones contra los derechos fundamentales de los prisioneros, incluyendo los derechos religiosos.
Los disidentes Léster González Pentón y Juan Carlos Herrera Acosta entregaron el documento al primer teniente Rogelio Sola Labrada, quien dirigió la visita de los representantes de la institución.
El texto expresa la situación con la alimentación, la que ha sufrido una drástica reducción, de pésima elaboración, carente de valor proteico y calórico, sin variedad. Esta situación provoca que los reclusos estén expuestos a contraer peligrosas enfermedades, que atentan directamente contra el sistema inmunológico y por ende a estar expensas de virus y a la tuberculosis, que cuenta allí con las condiciones idóneas para su fácil propagación: mala alimentación, bajo peso corporal, hacinamiento, escasez de medicamentos y falta de higiene.
Asimismo, la informe denuncia que se les priva del uso del teléfono a pesar de tener 100 minutos al mes reglamentados, alegando “roturas” sin que se busquen métodos alternativos y, a pesar de los esfuerzos que realiza la Iglesia Católica, se les niega la atención religiosa.
Otro punto abordado por los presos políticos fue el de las pésimas condiciones de vida, ya que muchos presos no poseen colchones, ni tablones, duermen en el suelo, estando expuestos al contacto directo con insectos y roedores. Denunciaron que allí existe una plaga de cucarachas conocidas como “las alemanas” que deambulan incluso por encima de los alimentos, sin que se combatan por los medios convencionales.
“La situación de los servicios médicos puede ser catalogada de caótica”, expresa el informe y agrega que la falta de personal calificado y las dificultades para ser atendido por un especialista constituyen un verdadero problema, además de la falta de medicamentos recetados.