El P. Luis de Moya falleció el pasado 9 de noviembre a los 67 años. En 1991 sufrió un grave accidente de tráfico por el que quedó tetrapléjico, pero la severa discapacidad que padecía no le impidió seguir con sus tareas pastorales.
Fue también un gran defensor de la vida humana y en 1996 publicó el libro "Sobre la marcha. Un tetrapléjico que ama la vida" en donde explicaba sus experiencias y su vida tras el accidente y que se ha traducido a varios idiomas.
El P. Moya concedió una entrevista a la Diócesis de Mérida-Badajoz (España) en el año 2017, explicó que tras sufrir el accidente fue siendo consciente y "haciéndose cargo de la situación poco a poco".
"Habían cambiado muchas cosas para mi, pero no había cambiado que seguía siendo sacerdote. Tendría que emplear mucho la escritura, tendría que venir la gente a mi en lugar de ir yo a la gente.. Me di cuenta de que tenía que contar mi historia y mi reacción ante el accidente", aseguró.
También declaró que lo más duro era "la dependencia, que tendría que depender mucho de la gente para las cosas más elementales".
Ante esa situación, el P. Moya subrayaba que "si vemos la vida con un sentido sobrenatural, trascendente, no es razonable querer morirse. La persona que tiene fe sabe que debe aceptar la voluntad de Dios de algún modo, Él lo ha querido así. La circunstancia en la que uno queda, después de un accidente como el que yo he tenido, no es algo que Dios ignora. Justamente por eso, yo pensaba que Dios proveería, si Dios consiente que yo esté en esta situación, me dará las fuerzas para llevarlo bien. Tendría que cumplir su voluntad en esta circunstancia como antes intenté cumplirla en otra situación diferente".