Desde hace más de una década, la religiosa franciscana Klara Duha, de 65 años, ha cuidado como una madre a más de mil niños abandonados que sufren discapacidad, hidrocefalia y desnutrición en el orfanato Faomasi Santa Elisabeth, Nias, al norte de Sumatra (Indonesia).
Según UCA News, la mayoría de los niños que cuida la religiosa en el orfanato fueron rechazados por sus familias e incluso fueron encontrados en basureros, en otros casos sus madres eran enfermas mentales o divorciadas con bajos recursos económicos.
La religiosa relató a UCA News que desde que era joven "soñaba con servir a la humanidad", pero "no sabía cómo hacerlo". Por ello, luego de terminar la escuela secundaria en su pueblo siguió su llamado a la vocación religiosa.
Al inicio sus padres se oponían a su vocación y le exigían que cumpla el deber de ayudarlos, pues era la segunda de 10 hermanos. Años más tarde, en 1977, la hermana Klara se unió a la congregación franciscana con el apoyo de sus padres y en 1988 recibió sus votos perpetuos.
Muchos años después de ingresar a la orden y gracias a una experiencia que la conmovió profundamente, la religiosa descubrió su llamado de ayudar a los niños abandonados.
La hermana Klara relató que un día encontró a una bebé de un mes de nacida que sufría hidrocefalia, enfermedad producida por un exceso de líquido acumulado en el cerebro, cuyos padres sentían vergüenza de llevar al hospital e incluso querían arrojarlo al mar por la condición con la que nació, a la que consideraban "una maldición".