En el Valle de los Caídos están enterrados 34 mil fallecidos durante la Guerra Civil española, entre ellos 57 beatos y 15 siervos de Dios. Durante las VIII Jornadas Martiriales organizadas por la diócesis de Barbastro-Monzón (España), el P. Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos, habló sobre los aspectos comunes que vivieron estos mártires que murieron por su fe durante la persecución religiosa de la Guerra Civil.
Los mártires que están sepultados en la Basílica "son el mejor testimonio de ese perdón y reconciliación" y pertenecen a todos los estados de la vida cristiana: "laicos, sacerdotes diocesanos y religiosos, así como religiosos y religiosas de vida consagrada, de todas las edades, pero también un grupo numeroso de gente joven, como Rafael Lluch, de 19 años miembro de las juventudes vicencianas y de acción católica".
Aceptación del martirio
Entre los aspectos comunes a todos ellos, el P. Cantera subrayó que está la "aceptación del martirio" y destacó que estos mártires son el "mejor testimonio para la paz, el perdón y la reconciliación de los españoles porque murieron perdonando a sus verdugos sin odio".
En ese sentido recordó que el beato pasionista Juan Pedro de San Antonio, de 46 años. Él se escondía en una pensión junto con otros 4 hermanos de congregación y le dijo a la dueña de la pensión que "si alguno nos saca para fusilarnos, le pido que a nadie guarde odio o rencor por el mal que piensan hacernos. El Señor lo permite para nuestra santificación".
También el P. Antonio Martínez López, que antes de morir quiso bendecir a sus verdugos. Pero estos le golpearon el brazo hasta fracturárselo antes de matarle. "Éstos son ejemplos de la paz con la que morían, en ausencia de odio, con la voluntad de perdonar y de reconciliación", apuntó el prior.