El Arzobispo de San Francisco (Estados Unidos), Mons. Salvatore Cordileone, realizó el 17 de octubre un exorcismo en el lugar donde una estatua de San Junípero Serra fue derribada, y calificó la destrucción de la imagen como un "acto de blasfemia".
El 12 de octubre, durante una manifestación en la Misión San Rafael Arcángel, un grupo de activistas desfiguró con aerosol rojo la estatua de San Junípero Serra antes de derribarla con correas y cuerdas de nylon.
Mons. Cordileone realizó oraciones de exorcismo en latín, que no son las mismas que se ofrecen cuando una persona es objeto de posesión demoníaca, antes de rociar el lugar con agua bendita.
"Oramos para que Dios pueda purificar este lugar de espíritus malignos, que pueda purificar los corazones de los que perpetraron esta blasfemia, que los pueda envolver en su amor, que sus corazones se ablanden y se vuelvan hacia Él", señaló.
Los católicos se reunieron la noche del 13 de octubre en el lugar donde fue derribada la estatua, y el vicario parroquial de la misión, P. Kyle Faller, dirigió un Rosario y una letanía de reparación por la destrucción de la estatua, así como la oración a San Miguel Arcángel.
Ese mismo día, Mons. Cordileone condenó la "regla de la mafia" que llevó a que la estatua del santo fuera "desfigurada y derribada vandálicamente por una turba pequeña y violenta".