El Arzobispo de Mendoza, Mons. Marcelo Colombo, y el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñañez, lamentaron las nuevas disposiciones sanitarias del gobierno de Argentina ante el aumento de casos por el COVID-19.
El pasado 12 de octubre el gobierno de Alberto Fernández, decretó nuevamente el "distanciamiento social, preventivo y obligatorio" en gran parte de Argentina debido al rebrote de casos por COVID-19.
De esa forma, las actividades y servicios que se habían retomado en algunas zonas quedaron suprimidos o restringidos al aforo máximo de 10 personas.
En cuanto al aspecto religioso, algunas zonas no pueden continuar con celebraciones con público, mientras que en otras solo se permitirá la apertura de las iglesias para la oración personal o asistencia pastoral con el sacerdote.
"Experimento con frustración que una vez más familia e Iglesia sufran la mirada restrictiva de las disposiciones que se adoptan, dada su significación para la vida personal y social", manifestó Mons. Colombo a través de una carta el 12 de octubre.
"Estos largos meses de aislamientos y restricciones tienen enormes efectos sobre nuestras vidas, sobre nuestros vínculos, sobre nuestras expectativas, sueños y proyectos, además del impacto emocional y psicológico, y su evidente incidencia sobre la economía", aseguró el Arzobispo.