Cada 12 de octubre, recordamos al Beato Carlo Acutis, a tres años y días de su beatificación. En aquella oportunidad, estas inspiradoras palabras sobre el joven beato remecieron a la Iglesia del tercer milenio:
“Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes, para no encontrar justificaciones no sólo en los éxitos efímeros, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es decir, para poner a Dios en primer lugar en las grandes y pequeñas circunstancias de la vida, y para servir a los hermanos, especialmente a los últimos” (Palabras del Cardenal Agostino Vallini en la Homilía de la Misa de beatificación de Carlo Acutis, 10 de octubre de 2020).
Hay algo esencial en la vida cristiana, algo que Carlo supo vivir muy bien: el centro de todo debe ser Dios. Cuando hacemos de Cristo “la piedra angular” de nuestras existencias, la santidad se hace posible, y se vive una vida plena.
Nada podrá separarnos del amor de Dios
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), ciudad donde trabajaban sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, ambos italianos. Meses después de su nacimiento, los padres de Carlo decidieron regresar a Italia y se mudaron con él a Milán.
Desde muy pequeño, Carlo evidenció un cariño especial por Dios y una sensibilidad muy peculiar para aprender y conocer las cosas relativas a la fe -a pesar de que sus padres no eran particularmente devotos en ese entonces-.