Por otro lado, el Cardenal habría empleado también dinero del Óbolo de San Pedro para financiar proyectos de tres de sus hermanos. En concreto, Becciu habría convencido a la Conferencia Episcopal Italiana para que donara 300 mil euros a la Cooperativa Spes entre 2013 y 2015.
La Cooperativa Spes es el brazo operativo de la Cáritas Diocesana de la Diócesis de Ozieri, en Cerdeña, a la que pertenecía el Cardenal. El responsable y representante legal de la Cooperativa Spes es uno de los hermanos del Cardenal Becciu.
En 2018, el Cardenal entregó a Spes una suma de 100 mil euros procedentes del Óbolo de San Pedro, que controlaba como Sustituto de la Secretaría de Estado.
Otras acusaciones indican que el Cardenal Becciu también intercedió en favor de otro hermano cuando era Nuncio en Angola y, posteriormente, en Cuba. En ese período, se contrató a la empresa de carpintería del hermano del Cardenal para amueblar y reparar varias iglesias en ambos países.
Asimismo, habría ayudado a conseguir clientes para la empresa Angel's srl, una distribuidora de cerveza del cual otro hermano del Cardenal es socio mayoritario y representante legal.
En concreto, la compañía del hermano del Cardenal Becciu habría recibido un préstamo de 1.5 millones de euros de un hombre de negocios africanos vinculado al Purpurado y la Secretaría de Estado. El préstamo fue hecho por el angoleño Antonio Mosquito, un conocido desde hace años del Cardenal Becciu. El Purpurado sirvió como Nuncio Apostólico en Angola entre 2001 y 2009.
Los cuantiosos beneficios de las empresas de los hermanos Becciu se habrían reinvertido en productos financieros, de participación y en valores de refugio de bajo riesgo. Los ingresos generados por dichas inversiones se habrían reinvertido a su vez en fondos de inversión de la Secretaría de Estado, como el Fondo Centurión.
A través de Crasso, el Cardenal Becciu también habría entrado en contacto con Lorenzo Vangelisti, director general de Valeur Group, una compañía de gestión de activos, asesoría, comercio e inmobiliaria.
Vangelisti estuvo involucrada en la compra por parte del Vaticano de la propiedad de Sloane Avenue en Londres, junto con el director de capital de Valeur, Alessandro Noceti, que trabajaba para la Suisse Credit en Londres.
El Cardenal Becciu, como informó CNA el año pasado, también fue acusado de contratar a su sobrina, Maria Piera Becciu, como secretaria personal del P. Franco Decaminada, expresidente de un hospital italiano vinculado también con un escándalo financiero en el Vaticano.
Decaminada fue arrestado en 2013 y enviado a prisión por su participación en el fraude masivo y corrupción por el colapso del Instituto Dermopático de la Inmaculada.
Envío de dinero a Australia
Sin embargo, las acusaciones van aún más lejos. Como se sabe, tras el enfrentamiento entre los Cardenales Becciu y Pell, resurgió una vieja denuncia contra Pell por abusos sexuales cuando era Obispo en Australia. El Cardenal Pell pidió permiso para dejar temporalmente el Vaticano y defenderse.
Tras una primera sentencia condenatoria, finalmente el Cardenal Pell fue declarado inocente de los cargos de abusos en su contra.
Pero, como han informado diferentes medios de comunicación en Italia, el Cardenal Becciu habría enviado 700.000 euros a Australia durante el juicio contra Pell. La acusación fue realizada por Mons. Alberto Perlasca, quien trabajó con Becciu en la Secretaría de Estado y que está en este momento bajo investigación judicial por su vinculación con inversiones de varios millones de euros con el financiero italiano Raffaele Mincione.
Pagos a una empresaria de Cerdeña
Asimismo, como informó recientemente CNA haciéndose eco de medios italianos, el Cardenal Becciu realizó un envío de medio millón de euros de la Secretaría de Estado durante cuatro años a una ciudadana italiana originaria de la isla de Cerdeña, de donde también es originario el Purpurado, y que actualmente reside en Eslovenia.
El pago se habría realizado a la empresa logística D.O.O, propiedad de Marogna, de 39 años de edad. Marogna, que negó los rumores que la vinculaban con una relación sentimental al Cardenal, explicó que el dinero se debía a un salario como pago por su labor como consultora diplomática y otros trabajos.
Marogna reconoció que el dinero se empleó para la compra de bolsos de lujo, aunque aseguró que era algo necesario para el desarrollo de su trabajo. Señaló que ella vive modestamente en un apartamento alquilado y que conduce un coche de 10 años.
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