En este momento, quiero pedirles ante todo, disculpas. Esta noche quisiera ocupar un poco de su tiempo, para compartir con ustedes lo que ha estado sucediendo últimamente y mi posición personal al respecto. Quizás estos hechos y posiciones les conciernen un poco, ya que atañen a la Iglesia china o, en otras palabras, [están] en directa relación con la situación de nuestra diócesis. Sin embargo, todo esto es el signo de una nueva era, una página nueva para la Iglesia.
En un momento tan extraordinario de la historia, necesitamos personas de mucho talento, sabiduría, virtud, y conocimiento, para poder estar a la altura de la época actual, o incluso anticiparse a los pasos de la época, para guiarla. Yo soy una persona que no posee ningún talento, mi cabeza ya está obsoleta y no sabe cómo lidiar con los cambios de la sociedad; un pastor nacido en un pueblo pobre, que no posee ningún talento, ni virtud, ni sabiduría, ni capacidad, ni conocimiento; frente a esta época que cambia con tanta rapidez, me siento prácticamente incapaz.
Doy gracias a Dios por haberme iluminado, haciéndome entender que ya no soy capaz de caminar al paso de esta época. Pero tampoco quiero convertirme en un obstáculo para el progreso. Por eso, el mes pasado decidí presentar mi renuncia ante la Santa Sede.
Por tanto, he decidido:
1. No participar en ningún evento público, a partir de mañana. Esta Misa vespertina será la última que presida: a partir de mañana, solo celebraré Misas en privado (es decir, sin la participación de fieles), los fieles pueden recibir los sacramentos y participar en la misa, concurriendo a la iglesia cercana. Durante la solemnidad de la Asunción de María ya precisé que los sacramentos que imparten los sacerdotes (hayan firmado o no) son todos legítimos.
2. Dejar toda organización administrativa de la diócesis para concentrarme en la oración. Con la salvedad de la confesión, por cuestiones de conocimiento personal, para todos los demás asuntos deberán referirse al propio obispo o deberán dirigirse directamente a Ningde, para presentarlos al obispo Zhan Silu.