VATICANO,
En la audiencia general de esta mañana, el Papa Juan Pablo II hizo una síntesis de los compromisos morales que todo cristiano debería considerar en su examen de conciencia y cumplir para llegar preparado ante la presencia de Dios.
El Santo Padre dedicó la catequesis de hoy al Salmo 14, "¿Quién es digno de estar ante el Señor?" y afirmó que al meditar en este Salmo "podemos pensar en una procesión de fieles que se agolpa a las puertas del templo de Sión para acceder al culto”.
Sin embargo, sostuvo que “para cruzar el umbral que conduce a la 'tienda', es decir, al templo sobre el 'monte santo' de Sión, se requieren unas cualidades", que "son once y constituyen una síntesis ideal de los compromisos morales de base presentes en la Ley bíblica".
El Pontífice explicó que a diferencia de otras culturas religiosas, donde para ser admitidos ante la divinidad "se exige sobre todo la pureza ritual exterior, que comporta abluciones, gestos y vestidos particulares", aquí se "exige la purificación de la conciencia, para que cada decisión esté inspirada en el amor por la justicia y por el prójimo" invitando a "conjugar fe y vida, oración y compromiso existencial, adoración y justicia social".
Según el Papa, estos once compromisos "pueden ser la base de un examen de conciencia personal cada vez que nos preparamos para confesar nuestras culpas y ser admitidos a la comunión con el Señor en la celebración litúrgica", y enumeró aquellos que "expresan una decisión ética": "Seguir el camino de la integridad moral, de la práctica de la justicia y de la sinceridad perfecta al hablar".
Sobre la relación con el prójimo, el Pontífice señaló tres deberes: “eliminar la calumnia del lenguaje, evitar toda acción que pueda perjudicar al hermano, frenar los insultos contra quien vive con nosotros diariamente”.