Mons. Luis Argüello, portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) habló sobre las "piedras de división" que el Gobierno de España ha lanzado en los últimos meses contra la Iglesia, especialmente en relación con al anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que propone, entre otros, la resignificación del Valle de los Caídos convirtiéndolo en un cementerio civil, la salida de la orden benedictina de la abadía y posiblemente la retirada de la cruz que preside el Valle y que es la más grande de la cristiandad.
En relación con el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que ha propuesto el Gobierno de España, en coalición PSOE y Podemos, Mons. Argüello aseguró que le parece especialmente "grave" la voluntad del Gobierno de querer "escribir una historia oficial y que se quiera hacerse pauta educativa" y supone "una preocupación grande" por ser una "enmienda de aspectos centrales del acuerdo de la Transición democrática".
El portavoz de la CEE afirmó que es "anacrónico" hablar de cementerios civiles y en relación con la cruz que preside el Valle de los Caídos destacó que "la cruz es un signo de reconciliación, porque es donde murió una víctima que nos habla de reconciliación".
"Nos parece que en ese lugar, incluso resignificado y acogiendo diversas perspectivas de la vida, sigue habiendo un templo, una basílica pontificia en la que se ora por el descanso de los difuntos en la celebración de la eucaristía sea una referencia de esperanza para los que así quieran consolar su dolor y avivar su esperanza".
También habló de la importancia de que permanezca una orden religiosa al cargo del Valle porque "evidentemente si hay cruz y basílica es muy importante que haya una comunidad que mantenga el culto en la basílica", aunque eventualmente se puedan realizar modificaciones en las actividades que las fundaciones presentes en el Valle puedan realizar.
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