El sacerdote claretiano, P. Juventino Rodríguez, afirmó que la construcción de la nueva iglesia de San Benito del Crucero representa un "pequeño milagro" que abre una etapa para la vivencia de la fe católica en la comunidad cubana, tras años de no contar con un templo debido a la persecución religiosa a causa de la Revolución.
Desde que la Revolución de Fidel Castro tomó el poder en 1959, la Iglesia Católica en Cuba ha sufrido restricciones a su libertad con la confiscación de propiedades, eliminación de colegios católicos, expulsión de sacerdotes y religiosas, entre otros.
Ante la expropiación de iglesias, los fieles en Cuba ofrecían con riesgo sus casas para celebrar la Eucaristía y continuar la evangelización de forma clandestina. En los últimos años, el Gobierno devolvió algunas iglesias confiscadas, pero otras siguen en su poder y son utilizadas como depósitos, colegios, tiendas de víveres e incluso para asuntos del régimen.
En este contexto, muchas comunidades católicas se organizaron y trabajaron por muchos años para construir nuevas iglesias en varias partes de la isla. Uno de estos casos es el de la iglesia de San Benito Abad, que fue inaugurada a fines de agosto, y que hoy es "una gran bendición" para la Comunidad de San Benito del Crucero, ubicada en La Maya.
Esta comunidad forma parte de los más de 150 mil habitantes que viven dispersos en poblados y centros urbanos de los municipios de Songo La Maya y II Frente, provincia de Santiago de Cuba, que desde el 2010 forman parte de la parroquia Purísima Concepción de Ti Arriba, fundada en 1838, y regentada por los misioneros claretianos.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Juventino Rodríguez, sacerdote de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (claretianos) que lideró durante años el proyecto de construcción de la iglesia de San Benito, dijo que este "pequeño milagro" fue posible gracias a un gran compromiso y entusiasmo por fortalecer y contribuir al crecimiento de la comunidad católica.