El Administrador Diocesano de la diócesis de Ibiza y Formentera (España) calificó de "desproporcionada e injustificada" la decisión de la Consejería de Sanidad de estas dos islas española de "suprimir la actividad de los lugares de culto", y aseguró que recurrirá esta decisión al Tribunal Superior de las Islas Baleares a las que pertenece esta diócesis.
El Administrador Diocesano de la diócesis de Ibiza y Formentera (España), el P. Vicente Ribas, explicó en una carta que el pasado día 15 de septiembre la Consejería de Sanidad adoptó una serie de medidas temporales para la contención de la COVID-19.
Según precisa en la carta, entre las medidas adoptadas hay una que hace especial referencia a los lugares de culto y en la que se indica textualmente que "se suprime la actividad de los lugares de culto con excepción de la celebración de funerales, que podrán hacerse siempre que no se supere el 33% de la capacidad y con un máximo de 15 personas. La capacidad máxima ha de ser publicada en un lugar visible del espacio destinado al culto. Se han de cumplir las medidas generales de seguridad y de higiene establecidas por la autoridades sanitarias".
De esta manera, el P. Ribas explicó que la Consejería decidió "cerrar las dos parroquias de la ciudad de Ibiza situadas dentro de la zona confinada: la parroquia de Santa Cruz y la parroquia de Nuestra Señora del Rosario".
Una medida que el administrador apostólico calificó de "desproporcionada e injustificada" y cuestionó los "criterios objetivos que han llevado a la responsable de salud a nivel autonómico a la adopción de suprimir el culto".
"Y cuanto más reflexiono y medito sobre la objetividad de esta medida, más claro se muestra que , tras esta supresión no hay absolutamente ningún criterio objetivo, excepto la pura y más absoluta arbitrariedad", aseguró.