La comunidad católica en Estados Unidos suma fuerzas para seguir ayudando a los afectados por los incendios forestales que desde agosto afecta la costa oeste del país.
California, Washington y Oregon son los estados más afectados. A la fecha, hay al menos 35 personas fallecidas como resultado de los 1.100 incendios producidos, un número considerado por el gobernador de California, Gavin Newsom, como "sin precedentes".
Como resultado de la tragedia, millones de hectáreas se han quemado, miles de bomberos corren peligro en sus esfuerzos contra las llamas y miles de residentes se han visto obligados a huir de sus hogares, incluidas algunas parroquias e instalaciones católicas. Frente a ello, las parroquias locales, diócesis y organizaciones católicas de caridad se movilizan para ayudar.
Una de las instalaciones afectadas fue el Centro de Conferencias y Retiros "St. Benedict Lodge" de la Arquidiócesis de Portland (Oregon), instalación de 70 hectáreas que ofrecía retiros a los residentes del área. El 8 de septiembre, una llamada telefónica ordenó a los sacerdotes, el personal y todos los residentes evacuar el área de inmediato, ante la amenaza del incendio de Holiday Farm.
El P. Kieran Healy y el P. David, sacerdote dominico que padece de Alzheimer, se dirigieron a Bend, Oregon, para establecerse en la iglesia St. Francis, una parroquia arquidiocesana. "El cielo está lleno de humo; la calidad del aire es terrible", dijo el primero.
Aunque se cortó la electricidad y la telefonía celular, los sacerdotes pudieron comunicarse a través de la radio con otro hermano dominico que se quedó en el centro. Él les informó que si bien el fuego pasó a pocos kilómetros del albergue y destruyó casas, los vientos fueron favorables y el albergue, por el momento, estaba a salvo.