REDACCION CENTRAL,
Este 2020 en los Estados Unidos, nació formalmente como organización sin fines de lucro el ministerio católico "Life Giving Wounds" (Heridas que dan Vida), una iniciativa que ofrece retiros de sanación, charlas y recursos para jóvenes y adultos cuyos padres se divorciaron o se separaron cuando eran niños.
El divorcio es un tema difícil de discutir con los niños, aunque se estima que un millón de ellos lo experimentan cada año. Hoy en día, se estima que una cuarta parte de los jóvenes adultos son hijos de divorciados, y muchos de ellos sienten que cuando eran jóvenes no pudieron abordar el dolor de la experiencia.
Las separaciones a menudo causan profundas heridas emocionales, espirituales y psicológicas que pueden durar hasta la edad adulta y que rara vez se abordan formalmente.
Es por ello que Daniel Meola, Ph.D., y su esposa Bethany, quienes sufrieron las heridas de la separación de sus padres, fundaron "Life Giving Wounds" con la finalidad "dar voz a su dolor y encontrar una sanación espiritual profunda".
"Nuestro ministerio analiza varias de las heridas comunes que experimentan los hijos del divorcio", dijo Bethany a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–, y agregó que "la primera herida que abordamos es la herida del silencio".
"Hay muchos testimonios ahora de hijos adultos que presenciaron un divorcio y que sentían algo como: 'No sé cómo compartir esto o adónde ir con esto, o incluso si a alguien le importará'", dijo Bethany.