Minsk,
En la noche del 5 de septiembre, el Obispo Auxiliar de Minsk-Mogilev, Mons. Yuri Kasabutsky, y un gran número de católicos, celebraron una Misa y luego salieron a las calles a rezar por las víctimas asesinadas y encarceladas en medio de las protestas pacíficas en Bielorrusia.
A la Misa celebrada en la Iglesia de San Simón y Santa Elena de Minsk se sumaron representantes de varias denominaciones cristianas, parte de la comunidad judía e incluso no creyentes. También se unieron espiritualmente cerca de tres mil personas a través de una transmisión en línea.
Bielorrusia, que limita con Rusia, Ucrania, Polonia, Lituania y Letonia, ha sido escenario de protestas generalizadas desde que Alexander Lukashenko fue declarado ganador de las elecciones presidenciales con el 80% de los votos. Lukashenko es presidente desde 1994, tres años después de que el país declaró su independencia de la Unión Soviética.
La policía ha arrestado a miles de manifestantes que exigían un recuento de votos. A pesar de la severa represión, las protestas han continuado en todo el país.
En medio de la crisis, el Arzobispo de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos del país, Mons. Mogilev Tadeusz Kondrusiewicz, se encuentra en el exilio y no puede regresar a casa desde el 31 de agosto por impedimento de la Guardia Fronteriza. Días antes, el Arzobispo se había reunido con el ministro del Interior, Yuri Karaev, para expresar su preocupación por la dura respuesta del gobierno a las protestas.
En la homilía de la Misa del 5 de septiembre, compartida por el medio Catholic.by, el portal oficial de la Iglesia Católica en Bielorrusia, Mons. Kasabutsky saludó a todos los reunidos y les pidió orar juntos, lo que comparó con un bálsamo que puede curar las almas afligidas.