La asociación provida mexicana Los Inocentes de María inauguró recientemente en Guadalajara la Gruta de Raquel, una ermita en memoria de los niños abortados en el país que busca ser también un espacio de reconciliación entre los padres y sus bebés fallecidos.
En la inauguración celebrada el 15 de agosto participó el Arzobispo Emérito de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que además de bendecir el lugar destacó la importancia de fomentar la "conciencia de que el aborto es un crimen terrible que frustra el destino de muchos seres humanos".
En diálogo con ACI Prensa, Brenda del Río, fundadora y directora de Los Inocentes de María, explicó que la idea se inspiró en un proyecto similar realizado por el coro Harpa Dei, que colocó "La Gruta de Raquel" junto a la capilla de adoración perpetua del monasterio de Frauenberg, en el sur de Alemania.
El memorial de Harpa Dei recibe el nombre de La Gruta de Raquel por el pasaje del Evangelio de San Mateo que relata la masacre ordenada por el rey Herodes contra los niños menores de dos años. "Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen", señala el Evangelio.
Al conocer ese proyecto, Brenda del Río pensó que era una idea "maravillosa para nuestra obra".
El objetivo principal de Los Inocentes de María, recordó Del Río, "es combatir la violencia ejercida contra los niños, tanto en su periodo de gestación como en su primera infancia, recién nacidos y hasta los dos, cinco años, seis años de edad, donde suceden muchos homicidios, lamentablemente, o que les tiran en alcantarillas, en lotes baldíos".