Mons. Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco (Estados Unidos), pidió a la alcaldesa de la ciudad, London Breed, que "como mínimo, elimine los límite excesivos para el culto público en espacios abiertos" para evitar el contagio del coronavirus.
En una carta enviada el 31 de agosto a la alcaldesa y otras autoridades locales, el Arzobispo destacó la importancia de la Eucaristía y dijo que "hemos mostrado que podemos celebrar la Misa con seguridad".
El departamento de salud del condado de San Francisco limita actualmente el culto público a 12 personas, mientras que el culto en lugares cerrados sigue prohibido.
Mons. Cordileone consideró que las restricciones de la ciudad para las misas públicas es "una seria privación de nuestros derechos como estadounidenses, bajo la Primera Enmienda, y de nuestras necesidades espirituales como personas de fe".
La Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, vigente desde 1791, prohíbe la creación de leyes que establezcan oficialmente una religión, que impidan la práctica libre de la misma, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa y que interfiera con el derecho de reunión pacífica, entre otros derechos.
"San Francisco es el único gobierno de toda el área de la bahía que restringe las reuniones públicas abiertas a 12 personas. Nuestra fe y la de otros es tratada como menos importante que una ida a la ferretería o una cena en un lugar abierto", dijo Mons. Cordileone en su carta.