El Papa Francisco siempre ha rechazado que se emplee la religión y el nombre de Dios para justificar actos de violencia y de terrorismo.
Durante el viaje apostólico que realizó a los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2019, el Papa firmó en la ciudad de Abu Dhabi, junto con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Muhammad Ahmed Al-Tayyib –máxima autoridad religiosa de los musulmanes suníes– la Declaración sobre la Fraternidad Humana, donde se señala que "declaramos irmemente que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre".
En la Declaración se afirma que las violencias en nombre de la religión "son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado, en algunas fases de la historia, de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes".
De hecho, en el mensaje de hoy del Pontífice se acompaña de la etiqueta #FraternidadHumana, en clara referencia a dicha Declaración.
Anteriormente, el 2 de febrero de 2018, el Santo Padre afirmó, durante una audiencia en el Vaticano, que "una de las mayores blasfemias es invocar a Dios como justificación de los propios pecados y crímenes, invocarlo para justificar el homicidio, la matanza, la esclavitud, la explotación en cualquiera de sus formas, la opresión y la persecución de personas y de poblaciones enteras".