La Iglesia Católica en Bielorrusia llamó a buscar la verdad para salir de la crisis en la que se encuentra el país, tras las elecciones con las que Alexander Lukashenko se proclamó presidente por sexta vez desde 1994 y que han provocado protestas y denuncias de fraude.
El 9 de agosto se realizaron las elecciones presidenciales en Bielorrusia, país que hasta 1991 formó parte de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Ese día, el comité electoral declaró ganador a Lukashenko con el 80% de los votos. Sin embargo, en los comicios no hubo presencia de observadores internacionales, por lo que miles de personas salieron a las calles a protestar aduciendo fraude. La candidata opositora Svetlana Tikhanovskaya se negó a aceptar estos resultados.
El mismo día de las elecciones se registraron cerca de siete mil detenciones. Las dudas sobre la transparencia de los comicios también han sido expresadas por varios gobiernos occidentales. Sin embargo, Lukashenko, con 26 años en el poder, tiene el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin.
Ante este panorama, el Arzobispo de Minsk-Mogilev, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, se pronunció el 11 de agosto. "En este momento crucial de nuestra historia, en nombre de Dios y de su infinita misericordia, del amor y de la paz, yo me dirijo a todas las partes en conflicto, con el pedido de interrumpir toda acción violenta", expresó en el canal católico Religija segodnja.
En ese sentido, exhortó a la población para que sus manos, "creadas para el trabajo pacífico y la concordia fraterna, no se levanten con las armas, ni las piedras. Que en lugar de la fuerza de las armas reine la fuerza de los argumentos fundados sobre el diálogo en la verdad y sobre el amor recíproco"; y así se instale en la brevedad posible una mesa redonda para hallar la salida a la crisis.