Las autoridades chinas arrestaron a activistas que apoyan la democracia en Hong Kong e impusieron nuevas sanciones a los legisladores estadounidenses, como parte de una aparente represión a las libertades civiles en la ciudad.
El lunes 10 de agosto, la activista católica por la democracia de 23 años, Agnes Chow, y otras destacadas figuras fueron arrestadas y acusadas por violar la nueva ley de seguridad nacional de Hong Kong, que fue puesta en vigor el 1 de julio, sin la aprobación de la legislatura de la ciudad.
Según la nueva ley, una persona que sea condenada por secesión, subversión, terrorismo o confabulación con fuerzas extranjeras recibirá un mínimo de 10 años de prisión, con posibilidad de cadena perpetua.
La definición de terrorismo que contemplar esta nueva normativa incluye incendios provocados y actos de vandalismo en el transporte público "que busquen intimidar al gobierno de Hong Kong o al gobierno chino con fines políticos". Además, se pueden presentar cargos de secesión por mostrar o anunciar lemas como "Hong Kong libre".
La ley ha sido duramente criticada por los líderes de varios países occidentales, así como por líderes católicos, que la han descrito como el fin de la política de "un país, dos sistemas" acordada entre China y Gran Bretaña en el momento de la transferencia de Hong Kong.
El arresto de Chow fue informado por primera vez el lunes por Nathan Law, un exlíder de Demosisto, partido político pro democracia que fue creado por la activista católica y que se disolvió poco antes de que entrara en vigor la nueva ley.