La organización de caridad creada por los obispos de Estados Unidos, Catholic Relief Services (CRS), Cáritas y otras 14 organizaciones religiosas en Líbano trabajan para ayudar a las víctimas de la explosión del puerto de Beirut y piden donaciones para continuar con su servicio a los más necesitados en la ciudad.
El incendio de un depósito portuario, que almacenaba desde hacía años un cargamento de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, explotó el 4 de agosto y provocó la muerte de más de 150 personas y dejó más de cinco mil heridos.
Ante esto, miles de personas han ocupado en los últimos días las calles de Beirut para pedir responsabilidades políticas. Como respuesta, el Gobierno anunció en la noche del 10 de agosto su dimisión y la convocatoria de nuevas elecciones.
CRS indicó en un comunicado que Beirut enfrenta una "necesidad urgente de refugio, medicamentos, kits de higiene, orientación psicosocial y limpieza de escombros" y resaltó el trabajo de Cáritas Líbano, que ha brindado atención médica, alimentos y agua en tres lugares de la ciudad.
"Los centros de atención médica de Cáritas están abiertos, una unidad médica móvil y un equipo de salud mental están listos para tratar a los pacientes", agregó.
La portavoz de CRS, Megan Gilbert, señaló que las organizaciones religiosas han trabajado de inmediato para "asegurarse de que las personas recibieran ayuda", a pesar de los daños que la explosión hizo en sus viviendas.