Un sacerdote misionero llamó la atención en las redes sociales por celebrar Misa en los restos de una iglesia antigua que después de medio siglo resurgió de las aguas en Filipinas.
El P. Arnold Abelardo, sacerdote misionero claretiano, celebró la Santa Eucaristía el 29 de julio en los restos de la iglesia de un pueblo de 300 años de antigüedad, ubicado en el municipio de Pantabangán, provincia de Nueva Écija, y que tras estar sumergido casi medio siglo, emergió de las aguas recientemente.
En declaraciones al diario católico tailandés Light of Catholics in Asia (LiCAS), el sacerdote dijo que al celebrar Misa en ese lugar quería mostrar la belleza de la naturaleza, para llevar esperanza a los fieles en medio del confinamiento por la pandemia del coronavirus. Entre los asistentes se observan mujeres y hombres jóvenes.
"La gente está atrapada en sus hogares durante estos tiempos terribles", dijo el P. Abelardo a LiCAS News. "Quiero que vean la naturaleza, no fondos virtuales, sino algo que puedan respirar", añadió.
El sacerdote también dijo al medio filipino "DWNE 9000khz am" que celebró la Sagrada Eucaristía en el singular pueblo como parte de su visita a diferentes iglesias católicas de la provincia, y que su intención era dar gracias por las bendiciones de Dios.
El P. Abelardo suele celebrar la Eucaristía en lugares improbables, pues relató a LiCAS News que llevó a su equipo de comunicaciones sociales al jardín una mañana para celebrar Misa y en la tarde, dijo que celebraría la Eucaristía en la cima del icónico Monte Arayat, en el centro de la isla de Luzón, Pampanga, (Filipinas).