El Cardenal libanés Béchara Boutros Rai pidió el apoyo de la ONU y la comunidad internacional para hacer frente a la desolación y destrucción que ocasionaron en Beirut las explosiones en su zona portuaria, y que provocaron la muerte de al menos 100 personas y dejaron unos cuatro mil heridos.
"Llamado a los estados del mundo" es el título del pronunciamiento que este 5 de agosto hizo el Cardenal Béchara Boutros Rai, Patriarca de Antioquía y presidente de la Asamblea de Patriarcas y Obispos Católicos del Líbano.
"Beirut es una ciudad devastada. Una catástrofe la ha abatido a causa de la misteriosa explosión que se produjo en su puerto. Beirut, la novia del Oriente y el faro de Occidente está herida. Es una escena de guerra sin guerra. Destrucción y desolación en todas sus calles, sus barrios y hogares", lamentó el Purpurado.
"Decenas de ciudadanos han perdido la vida, miles están heridos. Hospitales, iglesias, casas, instituciones, hoteles, tiendas y distintos establecimientos públicos y privados están destruidos. Cientos de familias no tienen refugio. Todo esto ha llegado y el Estado está en una situación de quiebra económica y financiera que lo hace incapaz de afrontar esta catástrofe humana y urbana, y el pueblo libanés está también en un estado de pobreza e indigencia", prosiguió.
"La Iglesia, que ha desplegado una red de ayuda en todo el territorio libanés, se encuentra hoy ante un nuevo gran deber que no puede asumir sola, mientras es totalmente solidaria con los afligidos, las familias de las víctimas, los heridos y los desplazados que está dispuesta a acoger en sus instituciones", añadió el Cardenal libanés.
El Cardenal agradeció a los países –como Estados Unidos y Rusia– que han expresado su disponibilidad para ayudar al Líbano. En ese sentido, extendió su pedido de apoyo a los demás gobiernos e instituciones de caridad para que las familias "puedan curar sus heridas y restaurar sus hogares".