Mons. Damián Iguacén es el Obispo más longevo del mundo con 104 años, tras el reciente fallecimiento de Mons. Bernardino Piñera. En una entrevista concedida el pasado mes de febrero a la Diócesis de Tenerife, de la que es Obispo Emérito, animó a los jóvenes a "no vivir una vida egoísta, sino que vivan para los demás".
El pasado mes de junio, tras convertirse en el Obispo más anciano del mundo, Mons. Iguacén recibió la visita del Obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez y del Obispo de Huesca, Mons. Julián Ruiz.
Según destaca el diario el Heraldo de Aragón, Montserrat Brescó, superiora de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados donde vive el Prelado, explicó que en los últimos meses su estado físico se ha deteriorado, aunque sigue comunicándose con las personas que lo cuidan en la residencia para las que "siempre tiene una bendición".
En una entrevista concedida a la Diócesis de Tenerife el pasado mes de febrero con motivo de su 104 cumpleaños, Mons. Iguacén explicó que recuerda sus años en esa diócesis "con mucho afecto".
"Aproveche todo para darme, porque mi idea era darme a los demás: "Aquí estoy para servir a los demás". Y si enfermo pues enfermo y si muero pues muero, pero dándome, y me duele no haberlo hecho mejor lo de lo que lo hice", aseguró.
A los jóvenes el Prelado les animó a que "se entreguen a los demás, que su vida no sea egoísta, sino que vivan para los demás. Porque no hay amor más grande que dar la vida. Pues demos la vida. Sea soltero, casado, consagrado… lo que sea. No vivir para mi sino para los demás. Esa ha sido mi ilusión".