VATICANO,
El Papa Francisco señaló que se necesitan "buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos", personas dispuestas a abandonar sus comodidades mundanas para comprometerse en "la construcción del Reino".
Durante el rezo del Ángelus este domingo 26 de julio desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco reflexionó sobre las parábolas evangélicas del tesoro escondido en el campo y de la perla preciosa.
En esas parábolas "el Reino de los cielos es comparado con dos realidades diferentes 'preciosas': el tesoro en el campo y la perla de gran valor".
"La reacción del que encuentra la perla o el tesoro es prácticamente igual: el hombre y el mercader venden todo para comprar lo que más les importa. Con estas dos similitudes, Jesús se propone involucrarnos en la construcción del Reino de los cielos, presentando una característica esencial: se adhieren completamente al Reino aquellos que están dispuestos a jugarse todo, a ser valientes".
De hecho, "tanto el hombre como el mercader de las dos parábolas venden todo lo que tienen, abandonando así sus seguridades materiales. De esto se entiende que la construcción del Reino exige no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre".
El Santo Padre explicó que esa entrega sólo se logra por medio de la gracia divina: "Todo lo hace la gracia, todo. De nosotros solo depende la disponibilidad a recibirla, no la resistencia a la gracia. La gracia lo logra todo, pero hace falte mi responsabilidad, mi disponibilidad".