El 24 de julio, la ex basílica ortodoxa de Santa Sofía se abrió nuevamente, después de 86 años, como mezquita para las oraciones musulmanas. Frente a ello, el Arzobispo de Yangon (Myanmar), Cardenal Charles Maung Bo, dijo que la decisión de reconvertir el edificio en una mezquita "reabrirá las heridas e intensificará las divisiones".
En un comunicado enviado hoy por correo electrónico, el Cardenal Charles Maung Bo lamentó la decisión de Turquía de reconvertir la catedral bizantina del siglo VI en mezquita, cuestionó sus fundamentos y afirmó que destruir la identidad cristiana no ayuda a unir a las personas.
"¿Cómo convertir lo que una vez fue la catedral más grande del mundo en una mezquita genera algo excepto sembrar tensiones, dividir a las personas e infligir dolor?", señaló el Cardenal Bo.
"¿De qué manera el poner a Santa Sofía en manos de personas que no tienen sentido de su historia y herencia y que destruirán su identidad cristiana, ayuda a unir a las personas?, ¿cómo se apodera de Hagia Sophia el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos?", agregó.
Frente a sus propios cuestionamientos, el Cardenal respondió: "No lo hace. Simplemente reabre las heridas y exacerba las divisiones en un momento en que deberíamos estar curando a la humanidad".
Santa Sofía, llamada también Hagia Sophia, fue construida en 537 bajo el emperador Justiniano y sirvió como catedral del Patriarca de Constantinopla. En 1453, después que el Imperio Otomano capturó la ciudad, se convirtió la catedral en mezquita. En 1934, en el gobierno de Mustafa Kemal Atatürk, primer presidente de la República secular de Turquía establecido en 1923 tras el colapso de los otomanos, Hagia Sophia fue convertida en un museo.