VATICANO,
El Papa Francisco mantuvo una conversación telefónica con la presidente de Grecia, Katerina Sakellaropoulou, sobre la decisión del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de convertir la histórica basílica de Santa Sofía de Constantinopla en una mezquita.
En la llamada entre el Pontífice y la mandataria griega, que tuvo lugar el pasado 20 de julio, la presidente Sakellaropoulou pidió al Pontífice que "emplee su influencia para advertir a la comunidad internacional sobre la conversión de Santa Sofía en una mezquita", según afirmó en un mensaje publicado en el perfil oficial de la presidente.
En la conversación, "subrayé que esta decisión de Turquía erosiona los cimientos de la tolerancia y profundiza la brecha entre culturas y religiones".
Según un comunicado difundido posteriormente por el gobierno griego, Sakellaropoulou afirmó que "esta acción no es un asunto interno de Turquía, sino una cuestión más amplia por la cual la comunidad internacional debe expresar su condena de manera directa", y definió de "error" la medida.
La basílica de Santa Sofía se construyó en el siglo VI por orden de Justiniano I, emperador del Imperio Romano de Oriente, sobre construcciones anteriores de la época de Teodosio II y de Constantino I. En 1453, tras la conquista Otomana de los últimos restos del imperio, la basílica se convirtió en mezquita. En 1935, tras unos años cerrada, fue transformada en museo como símbolo de la nueva república turca en contraposición al desaparecido imperio otomano.
El presidente Erdogan, de ideología islamista, no escondió nunca su intención de devolver el culto islámico a la basílica como parte de sus planes de revitalización de Turquía como nación islámica. La decisión se adoptó el pasado 10 de julio después de que la justicia turca declarara ilegal la transformación del templo en museo.