Sor María Cruz Erro Oroz, superiora de la comunidad de las Siervas de María en Barbastro, Huesca (España) cumplió el pasado 4 de julio 60 años de consagración religiosa.
"Cuando fui a profesar, el 4 de julio de 1960, tenía una alegría interior que no sabría explicar, como un enamoramiento. No era porque las cosas me fueran bien o mal; yo me sentía alegre", explicó a Iglesia en Aragón.
Y hoy, seis décadas, después asegura que "el amor ahora es más maduro".
Sor María Cruz nació en Navarra (España) y conoció de las Siervas de María en el colegio que éstas tenían en Burlada, un pueblo cercano. "Me gustaba lo que hacían. Pero sobre todo sentía interiormente la llamada de Dios. Me parece que Dios me llama, decía, y yo le pedía: 'Si es que me llamas, dame fuerza, valentía y perseverancia…'", explicó.
Entró al noviciado con 16 años, tomó el hábito con 17 y profesó los votos perpetuos con 19. "Me costaba mucho dejar a mi familia, sobre todo a mi padre; mi madre había fallecido. Tenía una hermana teresiana que quería que fuera con ella… En el noviciado pensé que me costaría no salir de paseo, con mis amigas", aseguró a Iglesia en Aragón.