VATICANO,
La decisión del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de convertir Santa Sofía de Estambul en una mezquita podría "poner en grave peligro el diálogo interreligioso".
Así lo afirmó en declaraciones a EWTN Noticias el director de estudios del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de Roma (PISAI), Fr. Jason Welle.
La Basílica de Santa Sofía, construida en el siglo VI durante el reinado del emperador Justiniano en Constantinopla, fue uno de los principales lugares de culto cristianos y la iglesia más emblemática para los ortodoxos. Los turcos otomanos la arrebataron al cristianismo en 1453, tras la conquista de Constantinopla y del Imperio Romano de Oriente, y la convirtieron inmediatamente al culto islámico.
Tras la caída del Imperio Otomano y la proclamación de la República de Turquía en 1923, Santa Sofía se cerró al culto y volvió a abrir en 1935 convertida en museo. Ahora, tras la decisión del Gobierno turco, Santa Sofía volverá al culto musulmán como mezquita a partir del próximo 24 de julio, para lo cual deberán tapar los mosaicos cristianos que representan a Jesucristo y a la Virgen María que se sacaron a la luz tras diferentes obras de restauración.
En la entrevista, Fr. Jason Welle explicó que "el peligro reside en que los participantes en el diálogo interreligioso necesitan un respeto recíproco y muestras de reverencia hacia la dignidad del otro y de respeto a las personas".
En este sentido, "la reacción de muchos cristianos ante este paso ha sido interpretarlo como una demostración de poder del presidente de Turquía que utilizó una iglesia histórica cristiana, luego convertida primero en mezquita y después en museo, para sus juegos de poder y dedicarla únicamente al culto islámico".