Una religiosa pidió ayuda para las personas que solicitan asilo en los Estados Unidos y que viven en carpas sin agua potable ni saneamiento adecuado en la frontera de Texas y México, en plena pandemia de coronavirus.
Norma Pimentel, hermana de los Misioneros de Jesús y directora de Catholic Charities of the Rio Grande Valley, en Texas (Estados Unidos), indicó que estas familias viven "a merced del clima extremo", que supera a veces los 37 grados, y de las lluvias que derriban las carpas y las llenan de lodo.
En una nota de opinión en el Washington Post, la religiosa dijo que las personas allí carecen de los servicios básicos como agua potable o duchas, y cocinan en fogatas la comida que logran conseguir con donaciones.
"Al igual que las cárceles y hogares de ancianos que han sido caldo de cultivo para el virus en los Estados Unidos, el campamento está lleno de personas que por ahora no pueden ir a ningún lado", indicó.
La hermana Pimentel pidió que no se ignore el sufrimiento de los más de 1500 hombres, mujeres y niños que viven en el campamento improvisado de migrantes en Matamoros (México) mientras esperan que sus solicitudes de admisión a los Estados Unidos sean procesadas.
El campamento existe desde el verano pasado, después de que el gobierno federal inició los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP), que permiten a los funcionarios estadounidenses devolver a los inmigrantes indocumentados a México hasta que se resuelva su solicitud de asilo.