CIUDAD DE MÉXICO,
El P. Daniel Portillo, director del Centro de investigación y formación interdisciplinar para la protección del menor de México (CEPROME), señaló recientemente los desafíos en la comunicación de la Iglesia Católica con las víctimas de abusos sexuales y destacó la importancia de practicar el "evangelio de la ternura".
En el artículo titulado "La comunicación con las víctimas", publicado en el sitio web del CEPROME, el P. Portillo señaló que "los abusos sexuales de menores cometidos dentro de la Iglesia son, en sí mismos, una traición a la adecuada comunicación. No supimos mirar el riesgo, ni escuchar el clamor de las víctimas".
"Le corresponde a la Iglesia reconocer con pesar sus negligencias, examinar su cercanía en las situaciones humanas más trágicas, valorar si su actual misión en el mundo protege a su feligresía o, por el contrario, se muestra pasiva ante los actos de injusticia sobre la dignidad humana", dijo.
El CEPROME, con el respaldo de la Universidad Pontificia de México y con estrecha relación con el Centro para la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, busca con su trabajo formar y educar a sacerdotes, seminaristas, religiosos y agentes de pastoral, así como a maestros y a trabajadores sociales.
En su artículo, el P. Portillo advirtió que "no solo resulta devastador encontrar ambientes eclesiales comandados por la negligencia y la falta de transparencia, sino también resulta desalentador que estos mismos coincidan con aquellos que se encuentran desorganizados, desestructurados y, consecuentemente, incomunicados".
"No es extraño que los ambientes eclesiales ajenos a la comunicación y no abiertos al diálogo terminan siendo ambientes más peligrosos para el encubrimiento, la negligencia y para la realización de actos sexuales por parte de sus miembros", subrayó.