VATICANO,
El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra, Mons. Ivan Jurkovič, exhortó a los países a ayudar a aliviar la "agobiante carga de la deuda externa" de naciones en vías en desarrollo que luchan contra la pandemia de coronavirus COVID-19.
"No hay duda de que la crisis actual de COVID-19 afectará más severamente las vidas y los medios de vida de las personas en el mundo en desarrollo", dijo el Arzobispo a la junta de comercio y desarrollo de la ONU el 2 de julio.
"El desafío inmediato es garantizar que los responsables políticos tengan el espacio y los recursos para responder al shock en la salud y mitigar el daño económico que lo acompaña. El cómo sucede tendrá consecuencias directas para crear una recuperación más justa, más inclusiva y resistente", agregó.
El diplomático del Vaticano señaló que una vía que podría suavizar el "impacto potencialmente devastador" de la pandemia sería "abordar las agobiantes cargas de la deuda externa acumuladas, tanto a nivel público como privado, en los países en desarrollo en los últimos años".
Los países pobres deben miles de millones de dólares a instituciones financieras internacionales y naciones ricas. En abril, los países del G-20 acordaron suspender los pagos de la deuda de los países más pobres del mundo hasta fines de 2020. Sin embargo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no formaron parte de esta oferta.
El Banco Mundial publicó datos en junio de 72 estadísticas de deuda de países de bajos ingresos, incluido un desglose de prestamistas específicos.