Otro caso similar es el de los García. En el 2013, el diácono Carlos García fue ordenado diácono permanente para la Arquidiócesis de Atlanta. Un año después tuvo la alegría de servir e investir a su hijo Michael en su ordenación al diaconado de transición; y en el 2015 sirvió durante su ordenación sacerdotal para la Arquidiócesis de Miami y en su primera Misa.
Esa primera Misa celebrada en la iglesia católica St. Agatha, en Miami, "fue una hermosa bendición y un día emotivo y alegre", dijo el diácono Carlos. También explicó que fue un momento sorpresivo para muchos, debido a su cabello gris y al aspecto muy joven de su hijo Michael. La gente primero pensó que "yo era el sacerdote y él era el diácono", añadió.
En el 2016, un año después de la ordenación del P. Michael, su mamá Dalila, su hermano William y su padre, el diácono Carlos, se mudaron a la Arquidiócesis de Miami para cuidar a sus ancianos abuelos.
Pronto, el diácono Carlos se convirtió en director de tecnología y asesor de formación en el Seminario de St. John Vianney College de Miami, del cual se graduó el P. Michael en el 2010, y que actualmente es pastor de la iglesia St. Coleman en Pompano Beach, Florida y autor del libro Comprender la fe y los desafíos de hoy.
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Sobre su vivencia de la fe al interior del hogar, el P. Michael García recuerda que en la escuela secundaria junto a su padre y su hermano "leían un capítulo de la Biblia a diario. Lo leíamos de principio a fin. Rezábamos el Rosario como oración familiar todos los domingos antes de la Misa".
Posteriormente, relató que su padre "lo apoyó mucho" cuando justo después de su confirmación en séptimo grado le confesó que "estaba interesado en el sacerdocio". Luego, ya para entrar al último año, "cuando finalmente decidí 'dar el paso', mis padres me apoyaron mucho", añadió.
El P. Michael comentó que planea regresar a su seminario universitario a mediados de agosto para dar un retiro para la facultad y el personal, que incluirá la celebración de una Misa en el que su padre servirá como diácono.
Para el diácono Carlos, su llamado "ha sido un viaje" y dijo que siempre sintió que tenía un llamado. "Cuando pasé por mi retiro de confirmación cuando tenía 15 años, en ese momento pensé que tenía un llamado al sacerdocio", pero Dios me mostró mi vocación al matrimonio, añadió. No obstante, luego de un tiempo, su pastor en Santa Águeda le dijo que creía que Dios lo estaba llamando a ser diácono, hecho que lo impulsó en su proceso de discernimiento.
Carlos aconseja a otros padres a ser ejemplo de sus hijos y explicó que así lo hizo con Michael, trabajando con los jóvenes como catequista y junto con el ejemplo de su esposa. "Michael recibió la llamada y escuchó", dijo.
"Es un libro de amor escrito en nuestra familia. Mira los regalos: no solo me casé, sino que uno de mis hijos se convirtió en sacerdote, y Dios todavía me llamó al clero como diácono ¡Tengo dos por el precio de uno!", concluyó.