El coronavirus amenaza al mundo de una forma "inesperada y devastadora", y dentro de los más afectados están los cristianos perseguidos y otros que ya eran pobres desde antes de la pandemia; a ellos la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) está atendiendo, pero sin embargo necesita de donaciones para continuar su labor.
Mientras "cerca de un tercio de la humanidad se encuentra en cuarentena" o confinamiento para evitar contagiarse del coronavirus, "más de la mitad" de personas en el mundo viven en situación de pobreza y vulnerabilidad; y no solo están más expuestos a ser afectados por el virus, sino también por la terrible crisis económica, que "aumenta sus sufrimientos", señaló ACN.
En este grupo se encuentran también los cristianos de los países donde sufren persecución y pobreza desde antes de la pandemia. Frente a este crítico contexto, ACN informó que brinda soporte humano, espiritual y material en 140 países del mundo, para aliviar sus necesidades más urgentes.
Por ejemplo, en Ucrania, la fundación pontificia apoya a las comunidades religiosas cuyos miembros "luchan en primera línea contra el COVID-19", como "enfermeras, cuidadoras de ancianos y agentes parroquiales que acuden a los que no tienen nada, ni a nadie".
En Uganda, donde ha aumentado la pobreza debido a que sus habitantes no pueden trabajar por la cuarentena, ACN informó que respalda la labor de los misioneros de San Francisco de Sales, que "han decidido dar de comer a cien familias" de seis a diez integrantes, y brindarles "desinfectantes y vitamina C" para fortalecer su sistema inmunológico.
Asimismo, la fundación pontificia recordó que durante años ha capacitado a pequeñas comunidades cristianas que ahora, frente a la crisis actual del coronavirus, dirigen las obras de caridad hacia los más necesitados "de forma más ordenada y eficaz".