VATICANO,
El Papa Francisco presidió este miércoles 24 de junio la Audiencia General desde el Palacio Apostólico del Vaticano. En su catequesis reflexionó sobre la figura del rey David en la Biblia y recordó que, a pesar de las contradicciones de David, siempre se mantuvo cerca de Dios porque era un hombre de oración.
A continuación, la catequesis del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En nuestro itinerario de catequesis sobre la oración, hoy encontramos al rey David. Predilecto de Dios desde que era un muchacho, fue elegido para una misión única, que jugará un papel central en la historia del pueblo de Dios y de nuestra misma fe. En los Evangelios, a Jesús se le llama varias veces "hijo de David"; de hecho, como él, nace en Belén.
De la descendencia de David, según las promesas, viene el Mesías: un Rey totalmente según el corazón de Dios, en perfecta obediencia al Padre, cuya acción realiza fielmente su plan de salvación (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2579)
La historia de David comienza en las colinas entorno a Belén, donde pastorea el rebaño su padre, Jesé. Es todavía un muchacho, el último de muchos hermanos. Así que cuando el profeta Samuel, por orden de Dios, se pone a buscar el nuevo rey, parece casi que su padre se haya olvidado de aquel hijo más joven (cf. 1 Samuel 16,1-13).