VATICANO,
Tierra Santa, y en concreto los territorios palestinos, han sufrido un duro golpe económico por la pandemia de coronavirus que desde hace meses afecta a casi todo el mundo.
A pesar de que en Tierra Santa la pandemia no experimentó una extensión tan grande como en otros lugares, las medidas destinadas a evitar contagios han cortado de raíz la llegada de peregrinos cristianos, principal fuente de ingresos de los cristianos de lugares como Belén o Jerusalén.
El P. Issa Hijazeen es párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima de Beit Sahou, el Campo de los Pastores de la ciudad de Belén, en Palestina.
Nacido en Amman, Jordania, el 25 de junio de 1984. Se ordenó el 25 de junio de 2009 y pertenece al Patriarcado Latino de Jerusalén. Después de estar destinado en el Seminario Menir de Beit Jala, Belén, durante un año, asumió el encargo de párroco ayudante en la parroquia de Beir Zeit, cerca de Ramallah, Palestina.
Realizó un Máster en Ciencias Escritas y Arqueología en el Studium Biblicum Francescanum (la Universidad Franciscana de Jerusalén) y, posteriormente regresó al Seminario para impartir clases de Biblia durante cinco años antes de asumir el encargo pastoral de párroco de Nuestra Señora de Fátima.
En la entrevista con ACI Prensa, narró cómo se produjo y evolucionó la pandemia de coronavirus en Palestina: "El 5 de marzo se declaró la presencia de personas contagiadas de coronavirus en Beit Jala, provincia de Belén, trabajadores del hotel 'Angel'".