VATICANO,
El debate sobre la Basílica de Santa Sofía de Estambul tras la propuesta del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de volver a convertirla en una mezquita islámica, ha dado un giro con la reciente propuesta del Patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia de Constantinopla, Sahak Mashalian, de compartir el culto cristiano y musulmán dentro de la Basílica.
El debate encontrará una respuesta definitiva el próximo 2 de julio cuando el Consejo de Estado turco decidirá si este antiguo templo cristiano, el más importante de la antigua Constantinopla griega, actualmente un museo, puede volver a acoger el culto islámico.
La Basílica de Santa Sofía se construyó en el siglo VI durante el reinado del emperador Justiniano. Pasó al culto islámico en 1453 después de la conquista otomana de Constantinopla y los últimos restos del Imperio Romano de Oriente.
Con la proclamación de la República de Turquía en 1923, Santa Sofía se cerró como mezquita y volvió a abrir sus puertas en 1935 desacralizada y convertida en museo, situación que se mantiene hasta hoy a pesar de los continuos intentos de devolverle el culto islámico.
Desde entonces, se inició un proceso de restauración del interior de la Basílica que llevó a restaurar y recuperar los mosaicos cristianos de época bizantina que se habían tapado bajo una capa de cal para albergar el culto musulmán.
Sin embargo, las continuas declaraciones del presidente Erdogan sobre los planes de reconvertirla en mezquita han ocasionado un amplio debate no sólo nacional turco, sino también internacional.