La Conferencia de Obispos Católicos de Texas (Estados Unidos) denunciaron la implementación de una ley que impide a los capellanes acompañar a los condenados a muerte durante su ejecución, negándoles la posibilidad de "perdón y redención".
El 12 de junio, los obispos presentaron un amicus curiae a la Corte Suprema de los Estados Unidos donde remarcan su oposición al uso de la pena capital e indican que prohibir que los capellanes estén presentes en la cámara de ejecución es una violación a la libertad religiosa.
Esta demanda se realiza por el caso del condenado a muerte en Texas, Rubén Gutiérrez, cuya ejecución programada para el 16 de junio se iba a convertir en la primera en el estado desde el inicio de la pandemia de coronavirus.
Gutiérrez, de 43 años, fue condenado a muerte por el asesinato de Escolastica Harrison en 1998, cuando intentó robar el dinero que la anciana escondía en su casa de Brownsville, en el extremo sur de Texas.
Los abogados de Gutiérrez enviaron una carta al gobernador del estado, donde indicaron que su cliente es "católico devoto" y que tiene la necesidad de tener acompañamiento espiritual durante su ejecución.
Además, solicitaron aplazar por 30 días la ejecución, para que el Departamento de Justicia Criminal de Texas pudiera revisar la ley y volver a permitir la presencia de los capellanes durante la muerte del prisionero.