El Arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. José Gomez, expresó su preocupación e instó al Gobierno a actuar frente al impacto que tendría el cierre de las escuelas católicas en la educación de la población de bajos recursos y de zonas marginadas del país.
En su columna del 17 de junio, Mons. Gomez señaló que las escuelas católicas enfrentan un "enorme desafío" por la baja recaudación de las parroquias y la disminución en las inscripciones de alumnos para el próximo año, como consecuencia de las medidas tomadas para prevenir el avance del coronavirus y la crisis económica.
"La Asociación Nacional de Educación Católica dice que por lo menos 100 escuelas no volverán a abrir en el otoño", señaló.
El Prelado indicó que las seis mil escuelas católicas desempeñan "un papel vital", al permitir a los niños de familias de ingresos reducidos el acceso a la educación de calidad.
"Aquí en la Arquidiócesis de Los Ángeles, en donde está el sistema escolar católico más grande del país, el 80% de nuestros 74 mil estudiantes provienen de familias minoritarias y el 60% de nuestras escuelas están ubicadas en vecindarios de bajos ingresos o marginados", señaló.
El Prelado agradeció la generosa donación de los benefactores que ha hecho posible que 265 escuelas católicas puedan dar clases a distancia y proporcionar más de 20 mil iPads para que los estudiantes puedan estudiar desde sus casas.