El 16 de junio, el Congreso Ordinario de Cardenales del Vaticano aprobó con voto unánime el milagro atribuido a la intercesión del Siervo de Dios argentino, Fray Mamerto Esquiú, reconocido por su humildad y su abnegado servicio a la Iglesia y la sociedad.
El milagro que habría sido obrado por intercesión del fraile consiste en la curación sin explicación científica de una niña que padecía osteomielitis. El presunto milagro ya contaba con la aprobación de la Comisión Teológica de la Congregación para las Causas de los Santos. Ahora solo falta que el Papa Francisco autorice la promulgación del decreto que reconoce su intercesión.
El anuncio de la aprobación de los cardenales lo hizo la Provincia Franciscana de la Asunción de la Santísima Virgen del Río de la Plata. En un comunicado precisó que "los juicios definitivos de los consultores teólogos e historiadores" junto con "las conclusiones del promotor de la fe y la positio" son evaluados por cardenales y obispos.
Ellos proponen al Papa Francisco que se realice el decreto "sobre la santidad" de Fray Mamerto Esquiú, dando paso a su reconocimiento como beato.
Con lo anterior, se permitiría "el culto público eclesiástico, aunque limitándolo a determinados lugares o familias religiosas", explicó la Orden de Frailes Menores.
La congregación alentó la oración en la comunidad para que "si es voluntad de Dios" el Santo Padre "emita el decreto tan esperado" por "los fieles devotos de Catamarca, lugar donde nació, se consagró y se hizo notoria su figura como religioso franciscano"; y también por los fieles de Córdoba, donde fue un "Obispo aún recordado por su ministerio humilde, y de toda la Argentina e incluso de fieles de otros países".