VATICANO,
Las puertas del dispensario pediátrico Santa Marta, un pequeño oasis de generosidad y de ternura en el interior de la Ciudad del Vaticano, están reabriendo sus puertas en forma gradual desde el pasado 3 de junio.
Los niños, procedentes de todo el mundo junto a sus familiares, reciben gratuitamente cuidado y asistencia médica del personal sanitario y voluntarios desde 1922.
En declaraciones a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, sor Antonietta Collachi, Hija de la Caridad y responsable del dispensario Santa Marta, explicó que desde el pasado 3 de junio han reabierto sus puertas con los servicios más esenciales (pediatría y ginecología), pero solamente para el control de crecimiento, y si el niño está mal, con síntomas de fiebre, no es posible que acceda a la estructura debido a las medidas sanitarias aún en curso por el COVID-19.
Sor Antonietta lamentó que "este año no será posible realizar la bella y tradicional fiesta de fin de curso", pero añadió que la "recuperarán apenas sea posible".
El actual modo de trabajo no les permite encontrar personalmente a los pequeños y a sus madres, pero la religiosa directora del dispensario indicó que hallarán "nuevos caminos y nuevas formas de hacer llegar, sobretodo ahora, nuestra cercanía y nuestro apoyo a las familias".
"Comprendemos aún más en esta fase cuánto es fundamental la ayuda concreta y material. Reabrimos a la vida, a la esperanza que no muere nunca, incluso delante a algo más grande que nosotros… con una sonrisa, también detrás de la mascarilla, pero que sabemos que de todas formas llevará y transmitirá su calor".