El 2 de junio la Asamblea de Irlanda del Norte votó a favor de una moción que rechaza la "imposición" de la legislación que permite abortar a niños con discapacidad, incluido el síndrome de Down, hasta el nacimiento del bebé.
Si bien la moción aprobada no es vinculante, es decir, que no alterará la ley que ya entró en vigor el 31 de marzo en Irlanda del Norte, envía un mensaje a los parlamentarios de Westminster que "impusieron" esta legislación. Además, dará un impulso a aquellos que hacen campaña para que las leyes del aborto sean determinadas por la Asamblea de Irlanda del Norte.
Un día antes de la votación, los obispos católicos de Irlanda del Norte exhortaron a los miembros de la Asamblea a rechazar las nuevas regulaciones sobre el aborto, que para ellos fueron impuestas "sin el consentimiento del pueblo de Irlanda del Norte".
"Los políticos y todas las personas de buena voluntad que reconocen la naturaleza extrema del reglamento, no deberían aceptar dócilmente su promulgación", señalaron los obispos en una carta a los legisladores.
El 2 de junio, la Asamblea debatió las nuevas regulaciones en respuesta a una apelación de Heidi Crowter, una mujer de 24 años con síndrome de Down que aboga por los derechos de las personas con discapacidad.
"Esta Asamblea acoge con beneplácito la importante intervención de Heidi Crowter, activista por la discapacidad, y rechaza la imposición de una legislación sobre el aborto que se extiende a todas las discapacidades no fatales, que incluye el síndrome de Down", señalaron los miembros de la Asamblea sobre la moción que obtuvo un resultado de 46 a 40 votos a favor.