El Arzobispo de Los Ángeles y presidente de los obispos católicos de Estados Unidos, Mons. José Gomez, alentó a deponer el odio y la violencia para seguir el camino del amor, ante las diversas protestas en el país por la muerte de George Floyd en Minneapolis.
Así lo indicó el Prelado en su columna titulada "George Floyd y nosotros", en la que se pronuncia sobre la muerte del afroamericano de 46 años que murió luego de ser sujetado por un policía que le colocó su rodilla en el cuello, lo que le habría provocado la muerte. Los agentes involucrados serán procesados por la justicia.
La muerte de Floyd ha generado violentas protestas y saqueos en distintos lugares del país y ha generado que se establezca el toque de queda en varias ciudades.
"La muerte de George Floyd fue un hecho sin sentido y brutal, un pecado que clama al cielo pidiendo justicia", afirma el Prelado y resalta que "el enojo y la agitación que ha inundado la ciudad de Los Ángeles y el resto del país desde la muerte de él es un triste recordatorio de que el racismo sigue siendo algo real".
"Esto no debería suceder en Estados Unidos. El racismo es una blasfemia contra Dios, que crea a todos los hombres y mujeres con igual dignidad. El racismo es algo que no tiene cabida en una sociedad civilizada ni tampoco en un corazón cristiano", continuó el Arzobispo de origen mexicano.
"Debemos rechazar la violencia durante las protestas a favor de los derechos civiles de nuestros vecinos afroamericanos. Nada se obtiene con la violencia y sí se pierde mucho. El camino a seguir para nosotros es el del amor, no el del odio ni de la violencia", destacó.