BUENOS AIRES,
En su programa radial “Los dos Reinos”, que se difunde por Radio Provincia de Buenos Aires, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, criticó el pensamiento antivida de la Doctora Carmen Argibay, postulada por el Presidente Kirchner para ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En alusión a recientes declaraciones de la Doctora Argibay, quien afirmó el derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo en orden a una legalización del aborto, el Arzobispo comentó que “cuesta creer que una persona considerada destacada jurista y que aspira a integrar el máximo tribunal de la República pueda exhibir como argumento un eslogan ideológico carente de todo fundamento”.
“El niño por nacer, aún en el estado inicial de su desarrollo, como embrión, no es una porción del organismo de la madre, una excrescencia que ha surgido en sus entrañas, sino un nuevo ser humano”, dijo el Arzobispo; al señalar que la controvertida jurista “parece ignorar los aportes decisivos de la genética y la literatura existente acerca del estatuto jurídico del embrión humano –considerado como persona— y su derecho a nacer”.
Mons. Aguer contrapuso a esta actitud antivida de la abogada argentina la clara posición de Norberto Bobbio, el eminente jurista italiano recientemente fallecido, quien sostuvo con sólidas razones el derecho a la vida del niño por nacer y manifestó su estupor por el hecho de que los agnósticos, no creyentes y anticlericales dejen a los católicos el honor de afirmar que no se debe matar.
El Arzobispo platense sostuvo además que “la Doctora Argibay parece adherir a aquella corriente radical o extremista del feminismo, que actúa desde organizaciones vinculadas a las Naciones Unidas con abundantes recursos financieros y una red de apoyos políticos y mediáticos, y que intenta hacer reconocer ‘nuevos derechos humanos’ y corregir a tenor de los mismos la Declaración Universal de 1948.”
“A este lote pertenecen los así llamados derechos sexuales y reproductivos de la mujer, que una conocida feminista del siglo XX resumió en aquella consigna atroz: ‘La libertad de la mujer comienza por el vientre’”, explicó Mons. Aguer.