Si bien el llamado del presidente Donald Trump para reabrir iglesias el 22 de mayo se ha convertido en una fuente de controversia en Estados Unidos, un grupo de médicos católicos ha ofrecido un plan que podría acelerar ese proceso.
"Creo que si solo usamos el sentido común para comparar manzanas con manzanas para las métricas que sabemos que son necesarias –como la densidad, por ejemplo–, entonces no hay realmente ningún tipo de razón científica objetiva por la cual la Misa sea más peligrosa que ir al supermercado. Creo que la diferencia aquí es un riesgo percibido", dijo el Dr. Andrew Wang, inmunobiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
Wang dijo que si bien es imposible eliminar todos los riesgos, hay pasos que las iglesias pueden tomar para reabrir con prudencia la Misa y la confesión.
"Si tenemos las mejores prácticas para el hospital, para Home Depot, para Chick-fil-A, ¿por qué no tener las mejores prácticas para la Misa? Parece que seguiría de forma natural", dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–.
Wang es uno de los siete médicos católicos que publicó el documento titulado "Hoja de ruta para reabrir nuestras iglesias católicas de manera segura".
La hoja de ruta dice que los sacramentos son esenciales para los católicos y argumenta que "las iglesias pueden operar de manera tan segura como otros servicios esenciales", siempre y cuando se tenga cuidado de formar y seguir planes cuidadosos.