Dos expertos abordaron el papel que juegan los líderes católicos en la recuperación integral de los países tras el impacto del COVID-19 en América Latina.
Luis Felipe Bravo Mena, ex embajador de México ante la Santa Sede; y Guzmán Miguel Carriquiry Lecour, Vicepresidente Emérito de la Pontificia Comisión para América Latina, hablaron sobre el impacto del COVID-19, los desafíos para los países y el rol de los líderes católicos en ese contexto.
La clase magistral se realizó el 18 de mayo para concluir el I Seminario Internacional de Liderazgo Católico: 'Latinoamérica frente a la crisis mundial'.
Guzmán Carriquiry ahondó en los "problemas endémicos de América" y coincidió en que la pandemia "pone en evidencia la fragilidad" de los "tejidos sociales caracterizados por enormes bolsones de pobreza y exclusión y por escandalosas desigualdades" que "afecta a todos los sectores más vulnerables y desamparados de la sociedad".
Pero también, destacó en ese contexto la oración permanente de la Iglesia, así como la "autogestión y cooperación de movimientos populares y organizaciones sociales, redes de caridad y solidaridad de los cristianos".
"Sabemos que tendremos que convivir con el virus todo este año, por lo menos. Ya no podremos volver al ayer cuando pase la pandemia" y será "una preciosa oportunidad" para salir del "mundo enfermo al que se refería el Papa Francisco", sostuvo.