VATICANO,
El Papa Francisco habló sobre el sentimiento de orfandad y animó a los cristianos a no olvidar que Dios Padre envió al Espíritu Santo para sembrar paz y, no guerras, en este mundo.
"Solo con esta conciencia de los hijos que no son huérfanos se puede vivir en paz entre nosotros. Las guerras, siempre, ya sean pequeñas o grandes, siempre tienen una dimensión de orfandad: falta el Padre para hacer la paz", destacó el Santo Padre en la Misa de este 17 de mayo.
En la homilía de la Eucaristía de este sexto Domingo de Pascua, el Pontífice reflexionó en el pasaje del Evangelio de San Juan (14,15-21) que describe las palabras de Jesús cuando dice a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad".
En esta línea, el Santo Padre exhortó a vivir "la mansedumbre que da el Espíritu Santo" ya que el el Espíritu Santo "enseña esta mansedumbre, esta dulzura de los hijos del Padre. El Espíritu Santo no nos enseña a insultar".
"Una de las consecuencias del sentido de orfandad es el insulto, las guerras, porque si no está el Padre no hay hermanos, se pierde la fraternidad" y el Papa añadió que Dios Padre "es el centro de todo, el origen de todo, la unidad de todos, la salvación de todos, porque envió a su Hijo para salvarnos a todos".
Por ello, el Espíritu Santo colabora a vivir esa "actitud fraternal de mansedumbre, gentileza, paz".
"Pidamos al Espíritu Santo que nos recuerde siempre, siempre, este acceso al Padre, que nos recuerde que tenemos un Padre, y a esta civilización que tiene un gran sentido de la orfandad, conceda la gracia de reencontrar al Padre, el Padre que da sentido a toda la vida y hace de los hombres, una familia", concluyó el Santo Padre.